URUGUAY - DELMIRA AGUSTINI, "La Nena" de versos osados
Es difícil saber a ciencia cierta cuándo comenzó el feminismo en Uruguay. Hay varias teorías, fechas y eventos que lo pudieron detonar en su momento, pero la información que encontramos a día de hoy sigue siendo difusa.
Siguiendo la línea de las publicaciones anteriores sobre arte y feminismo en América Latina, me gustaría destacar esta vez a otra grande y precoz del arte de la palabra, Demira Agustini.
Comencemos… Yendo al grano. El 6 de julio de 1914, cuando Delmira fue asesinada de dos tiros en la cabeza por su ex marido la palabra feminicidio aún no existía. La prensa uruguaya justificó y sintió piedad por Enrique Job Reyes quien después se suicidó. Únicamente un medio satírico de la época, “La Mosca”, condenó tajantemente el suceso en un comunicado anónimo: “Protestamos contra los hombres autoritarios que se erigen en amos de la mujer y quieren hacerse amar a tiros de revólver. ¡No, la mujer no es la esclava del hombre, ni en el amor, ni en nada!”.
“La Nena”, apodo que contrastaba con su arte, era una joven bendecida por las palabras, con una poesía cargada de sensualidad, con algo de monstruosidad, como notó Unamuno, que algunos medios se apresuraron a describir como “platonismo moral”. A los 16 años comenzó a publicar en revistas literarias y a los 20 publicó su primer libro, El libro blanco, el cual le llevó a conocer a todos los intelectuales de la época.
Por aquel entonces, también conoció a E. Job Reyes con el que se ennovió a escondidas ya que su familia no aprobaba la relación y él, además, no valoraba ni entendía su obra.
Con su segunda publicación Cantos de la mañana, comenzó a ser una escritora reconocida, Rubén Darío le presentó al intelectual argentino Manuel Ugarte con el que inició una relación amistosa con apasionadas cartas de por medio. Los cálices vacíos también obra de Agustini incluye una descripción del mismo Ugarte: “Manos enjoyadas del rubí de mi deseo, la perla de mi tristeza y el diamante de mi beso: llevad a la fosa misma un pétalo de mi cuerpo, manos que sois la Vida, manos que sois Ensueño”. Wow.
“…Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante…” - La musa, Delmira Agustini.
Incomprensiblemente, ese año se casó con Reyes siendo Ugarte testigo de la boda. El matrimonio no duró mucho tiempo yéndose ella a casa de sus padres y presentando la demanda de divorcio. Delmira fue de la primerísimas mujeres uruguayas en hacer uso de la ley aprobada ese mismo año (1913).
Tras la separación, la expareja siguió viéndose alguna que otra vez, en una de esas Reyes le asesinó con premeditación.
Por mucho que intentaron quitarle la voz, nos regaló unos prematuros (para la época) poemas llenos de desobediencia, talento y erotismo, cosas de las que no podemos hablar las mujeres, claro…
Títulos (personalmente favoritos):
- Cantos de la mañana, 1910.
- Los cálices vacíos, 1913.
- Los astros del abismo, 1924, (póstumo).
Fragmento de Boca a boca:
…
Copa de vino donde quiero y sueño
beber la muerte con fruición sombría,
surco de fuego donde logra Ensueño
fuertes semillas de melancolía.
Boca que besas a distancia y llamas
en silencio, pastilla de locura,
color de sed y húmeda de llamas…
¡Verja de abismos es tu dentadura!
Sexo de un alma triste de gloriosa;
el placer unges de dolor; tu beso,
puñal de fuego en vaina de embeleso,
me come en sueños como un cáncer rosa…
Joya de sangre y luna, vaso pleno
de rosas de silencio y de armonía,
nectario de su miel y su veneno,
vampiro vuelto mariposa al día.
…
Gracias por leerme. ❤